Le encantan los lugares protegidos, soleados y cálidos. Es amante de los sitios elevados para no perder detalle de lo que se acontece más abajo. La elección entre almohadas, camas para gatos, estantes o rascadores altos es muy variada. El material debería ser suave, fácil de cuidar y lo suficientemente resistente para que el gato se estire cómodamente y pueda extender sus garras. Pero siempre nos encontraremos gatos yogis, éstos prefieren una superficie dura a todo lo demás.

Todo el día durmiendo

El gato no duerme, se prepara. Cuando llega el crepúsculo, es su hora. Hora para cazar, jugar, relacionarse, correr a toda pastilla por el pasillo y acabar derrapando en el sofá. Después de este alto consumo energético vuelve a su rutina para recuperar sus fuerzas. Vagar tranquilamente por la casa, mirar por una ventana mientras se le van cerrando los ojos, durmiendo un poco encima de una silla, dormitar en su cestito. Les encanta ir cambiando de sitio, tomando posesión de su territorio. Nos los podemos encontrar en los sitios más inesperados y aparentemente poco sostenibles para su peso y tamaño.

Nuestro gato toma posesión de su territorio durmiendo en el, es donde se siente seguro. Ofrecerle una buena variedad de camitas, de distintos materiales, siempre naturales, aumenta su confort y rebaja su estrés.